La Semana de la Alta Costura de París ha tenido a uno de sus más grandes representantes en Valentino, y ello gracias a una colección soberbia que ha utilizado al antiguo Château de Chantilly como telón de fondo para su desfile. El director creativo, Pierpaolo Piccioli, supo sorprender con un estilo menos rebuscado que de costumbre, pero con la misma elegancia y cariño.

El evento tuvo lugar a las afueras de París y el Château de Chantilly —que data del año 1560 d.C.— le infundió con su estética renacentista. El desfile contó con hasta 76 modelos y entre los atuendos más destacados encontramos un bellísimo vestido escultural en blanco, un vestido de seda en color salmón con la espalda abierta, o hasta lo que parecían unos simples jeans —combinados con una camisa de algodón blanca—, pero que tenían incrustaciones de microcristales en el tejido.

En el intento de Pierpaolo Piccioli por captar el concepto de movimiento, una suma de vestidos, abrigos y capas con volumen fueron capaces de representarlo con toda su ligereza. Las modelos se paseaban con los artículos de la colección entre los majestuosos jardines del castillo al atardecer.

 

 

 

 

 

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Se trató de la propuesta de Alta Costura Otoño/Invierno 2023 para Valentino, en la que el objetivo era dar con un estilo que sugiriera sencillez y espontaneidad; es decir, las obsesiones técnicas pasaron a segundo plano para dar con una colección más sobria y fresca. El resultado no pudo ser mejor.

La misma Donatella Versace estuvo en la primera fila del evento para contemplar la última obra de Piccioli. Todo pareció ser un éxito.

Después de que las modelos terminaran de bajar por la gran escalinata del edificio y pasearse por la pasarela, el diseñador apareció en ella junto con su equipo. Fue otra gran entrega por parte de Valentino, que nos ha acostumbrado a esta exquisita calidad en sus colecciones.

 

 

 

 

 

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