En algún momento de la historia del planeta, un meteorito de 15 toneladas impactó sobre la superficie de Somalia; recientemente, en un pedazo de sólo 70 gramos, pudieron encontrarse dos nuevos minerales. El gran cuerpo rocoso lleva el nombre de "El Ali", por haber sido encontrado cerca de la ciudad homónima.

Un grupo de investigadores realizó el anuncio a través de una publicación del Instituto de Exploración y Tecnología de la Ciencia Espacial de la Universidad de Alberta, en Canadá. Los minerales han sido llamados elaiita y elkinstantonita; el primero, por el nombre del meteorito —El Ali—, el segundo por la investigadora Lindy Elkins-Tanton, pieza clave en la próxima misión Psyche de la NASA.

Chris Herd, principal autor del estudio, dijo: “Lindy ha trabajado mucho sobre cómo se forman los núcleos de los planetas, cómo se forman estos núcleos de hierro y níquel, y el análogo más cercano que tenemos son los meteoritos de hierro. Así que tenía sentido nombrar un mineral con su nombre y reconocer sus contribuciones”.

El meteorito es el novenos más grande encontrado hasta el momento sobre la superficie del planeta. Sin embargo, después de ser hallado en 2019 fue trasladado a la capital de Somalia, Mogadiscio; ahí fue confiscado y los investigadores no saben dónde pudo terminar. Un fragmento de 70 gramos fue separado y enviado a la Universidad de Alberta para ser clasificado; de él proceden los descubrimientos. El cuerpo de 15 toneladas, sospechan los investigadores, podría haber sido llevado a China y venderse por pedazos en un mercado de meteoritos.

El investigador Herd añadió: “Hay más material ahí fuera; solo hace falta que llegue a manos de los científicos para que quizá podamos encontrar otros minerales nuevos”, según recupera la DW.

Además de los dos nuevos minerales ya clasificados, existe un tercero que es examinado por la Asociación Mineralógica Internacional y que proviene del mismo fragmento. La presencia y acceso al colosal meteorito permitiría, tal vez, obtener más información; pero no se conoce su paradero.

Por último, Chris Herd mencionó que “cada vez que se encuentra un nuevo mineral, significa que las condiciones geológicas reales, la química de la roca, eran diferentes de lo que se había encontrado antes”. Significa replanteamientos constantes en los cuerpos teóricos de la ciencia.

El asunto recuerda a otro descubrimiento realizado hace dos años; un grupo de científicos encontró un nuevo mineral bautizado kernowita en una roca extraída de la mina Wheal Gorland en Cornualles, Inglaterra.

Lo interesante de la cuestión es cómo la historia de la ciencia es inseparable de la historia humana y se confunde con ella: El meteorito El Ali fue hallado en la arena, en un valle, por unos mineros que buscaban ópalo por la región; encontrándose con el material inusual decidieron tomar un fragmento y enviarlo a un laboratorio para su análisis. El cuerpo completo fue llevado a la capital de Somalia donde fue confiscado y desapareció en extrañas circunstancias —que hace pensar en malas prácticas de autoridades—; sólo un pedazo pudo llegar a la ciencia que extrajo, con menos de 100 gramos, dos nuevos minerales. Mientras tanto, 15 toneladas han desaparecido. Historia humana e historia de la ciencia tomadas entre sí.