La ciencia ficción deja cada día un poco de su ficción. Científicos del Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzhen —en China— demostraron experimentalmente que es posible inducir un estado de hipotermia controlada en los primates a través de la intervención cerebral.

Este suceso se convierte en el primer precedente que podría preparar el camino para la hibernación artificial en humanos y facilitar los viajes espaciales de larga duración que suponen miles de años.

La DW recupera un dato: si un astronauta se propusiera llegar a la estrella Próxima Centauri —la más cercana al Sol— en el Voyager 1 de la NASA, se demoraría unos 73,000 años en llegar a su destino.

El estado de hipotermia controlada se consiguió mediante la manipulación neuronal dirigida del área preóptica. El estudio publicado en la revista The Innovation, dirigido por el Dr. Wang Hong y el Dr. Dai Ji, detalla que se exploró la termorregulación en el primate haciendo uso de la manipulación quimiogenética, del escaneo de resonancia magnética funcional, análisis de comportamiento y monitoreo de parámetros fisiológicos y bioquímicos.

Especies de mamíferos hacen uso de la hibernación para adaptarse a las condiciones extremas del invierno; reducen así su temperatura corporal y su actividad metabólica, minimizando los requisitos para permanecer con vida hasta que las condiciones mejoren.

El estudio concluye: “Nuestros hallazgos demuestran la regulación central de la temperatura corporal en primates y allanan el camino para su futura aplicación en la práctica clínica”.

Es cierto que queda mucho camino por delante en lo que a aplicaciones humanas respecta, pero ya suena como uno de los descubrimientos que podrían permitir al humano viajar grandes distancias por el cosmos y vivir en lejanos destinos.

Un coautor del estudio expresó: “Con la creciente pasión por los vuelos espaciales humanos, este modelo de mono hipotérmico es un hito en el largo camino hacia la hibernación artificial”.